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Sobre mí

“Los sentimientos son los mejores críticos para explicar una buena fotografía”.

En 2012 puse por primera vez una cámara de fotos en mis manos. Al sostenerla, sentí una corriente interior con la que supe que iba a quedarme atado a ella para siempre.

Mis estudios universitarios como Ingeniero de Sistemas Audiovisuales de Telecomunicación me hicieron conocer en exhaustividad los entresijos de las cámaras fotográficas; pese a ello, faltaba comprender la luz, el elemento clave para conseguir una imagen única en la que entrelazar el momento, el elemento protagonista y los sentimientos que se despiertan en la escena.

Siento debilidad por las imágenes en blanco y negro porque los contrastes que en ellas se dibujan reflejan con exactitud las líneas de la memoria.

Mi fotografía la defino en tres conceptos innegociables: técnica, experiencia y creatividad. La rapidez para cazar lo efímero no impide dibujar un boceto de lo que quiero en mi mente, para buscar en los recónditos pasajes de la creatividad la curva perfecta, el hueco hacia la luz y el disparo hacia la diferencia que dejen en cada imagen la impronta de lo que eres, de la que quieres dotar a cada imagen.

Sobre cada fotografía dedico todos mis esfuerzos realizando un procesado avanzado en el que el principal desafío es ser objetivo y natural. Las imágenes deben explicarse solas, sin esfuerzos, reflejando aquello en lo que hemos sido partícipes sin artificios que nos mientan.

En mi larga lista de álbumes y disparos tengo sin duda imágenes que jamás saldrán de mi memoria, sin embargo, tal como acuñó Imogen Cunnigham: “Mi fotografía favorita es una que voy a hacer mañana”.

Fotografía con pasión

Estoy convencido al cien por cien, de que el secreto del éxito es poner pasión a tu trabajo. Te puedo asegurar que en mi caso es así y que, cada vez que disparo estoy disfrutando de forma apasionada.